Quien quiera entender, que entienda.
“Jaque Mate: posición del ajedrez, en la que el rey se encuentra
amenazado y esta situación no puede cambiarse mediante ninguna
jugada; lance que da fin al juego”.
Seguro que todos hemos tenido delante un tablero de ajedrez alguna vez,
y la primera de ellas, irremediablemente, habremos preguntado ¿y cómo
se gana? Derrotando al rey…
Seguro que todos en algún momento nos hemos creído reyes, y si no
reyes, torres, caballos, damas o alfiles. Poderosos, hábiles, superiores a
los que se mueven a nuestro lado.
¿Y peones? Pequeños, lentos, con la sombra del resto siempre encima,
¿alguien alguna vez se ha sentido peón? TODOS. Todos nos hemos
sentido y creído peones, pero por muchos motivos, avergüenza decirlo, y
es entonces cuando el juego se crece y nos convierte en lo que no somos,
nos ajustamos las gomas de la careta y nos volvemos poderosos reyes,
soberbias damas, alfiles altivos que por encima del hombro miramos a
los pobres peones que aún no saben cómo avanzar una casilla sin ser
“comidos” o empujados por el resto, solo por el hecho de ser más
pequeños, más inexpertos, más….débiles.
Todos ocupamos una casilla, una casilla que hacemos nuestra, donde nos
sentimos seguros y a salvo, pero el juego nos obliga a movernos, a
avanzar y ahí nos sentimos solos e inseguros, nos gustaría ir como el
resto, avanzando varias casillas a la vez, pero no podemos, no sabemos,
hay que aprender a jugar, y lo hacemos, aunque a veces de mala
manera, teniendo que mirar desde abajo a un rey, mejor dicho a un
peón que se cree rey, que abusa de su grandeza , de tener bajo su mano a
un ejercito de alfiles, y que en solo un instante acaba con nosotros, nos
hace perder la partida, nos deja fuera del juego.
Sólo queremos ganar y que el resto nos siga, queremos ganar derribando
a cada peón que se cruce en nuestro camino, incluso derribando a
nuestros alfiles, pisando las casillas de los demás, saltando las reglas,
creyendo que el juego es nuestro y que podemos hacer lo que nos venga
en gana, pero no, no triunfa quien más peones come, no gana quien
empuja y pisotea, no gana quien usa la violencia, ni siquiera gana quien
se venga con la fuerza… gana quien mira a su rival y piensa, quien se
anticipa a sus movimientos, quien usa la cabeza y templa los nervios,
quien de lejos y en la sombra observa, usando la estrategia… porque en
la vida igual que en el ajedrez, hay que saber esperar, un mal
movimiento, un movimiento en falso, y un “simple” peón puede hacer
jaque mate al “ poderoso” rey, y será entonces cuando las gomas de esas
caretas se aflojen y se caigan y consigamos casilla a casilla ser de
verdad quien somos, todos somos débiles, todos somos poderosos, pero sólo
si sabes decirte a ti mismo quien eres, conseguirás tu jaque mate.
Loyal