Dirigir un centro educativo es una tarea que puede parecer compleja. Lo es, pero no es lo más complicado. Lo difícil es representar a toda una comunidad de familias, profesorado, personal de administración y servicios y alumnado y hacerlo desde una posición de acompañamiento y liderazgo para que el centro evolucione, mejore y responda a las expectativas que los diversos colectivos depositan en él. Todo ello para conseguir un liderazgo para el aprendizaje que debe aunar pedagogía y desarrollo profesional del docente.
Uno de los principales retos que se nos plantean como equipo directivo es el de conseguir un ambiente favorable para el aprendizaje, un buen clima de convivencia y la capacidad de motivar al profesorado para que amplíe sus posibilidades de desarrollo profesional.
Cuando vimos la convocatoria de Educaixa para la formación denominada “Liderazgo para el aprendizaje” sabíamos que era una gran oportunidad no solo por la institución que lo convocaba, sino porque nos colocaba fuera de la zona de confort para analizar dónde estábamos y dónde queríamos llegar.
La experiencia ha superado las expectativas con las que la solicitamos. Hemos asistido a la primera edición de este programa en España con formadores altamente cualificados de la Universidad Global de Londres (UCL) y facilitadores de diversos centros de toda España. La apertura de mentes ha sido total: nos sitúan en el punto de partida de un cambio profundo en el centro y nos proporcionan las herramientas para hacerlo. Son como los buenos maestros que abren la puerta pero eres tú el que debes atravesarla. El programa se desarrollará a lo largo de este curso académico 2019-2020 a través de reuniones territoriales y formación de ámbito nacional.
Como participantes en el programa “Liderazgo para el aprendizaje” debemos implementar un proyecto basado en las necesidades del centro en el que se le dé más protagonismo al liderazgo compartido y distribuido que a la mera gestión organizativa.
Es un proyecto ilusionante que supone un auténtico desafío al planteamiento actual de la dirección y gestión de los centros educativos y pone en valor esa variable humana que forma parte de la filosofía de nuestro centro. Es fundamental que los equipos directivos “hablen humano” puesto que trabajamos con, por y para las personas. Solo así se puede llegar a ejercer un verdadero liderazgo para el aprendizaje.
Como dicen los persas “la paciencia es un árbol de raíces amargas y frutos dulces”. Nos sobra paciencia y mantenemos la ilusión de ser cada día mejores. Nuestra tarea es gratificante y el horizonte de mejorar es nuestra meta. Y sabemos que el secreto es trabajo y trabajo compartido. Solo con la implicación de los actores y la pertenencia al grupo conseguiremos el éxito.
Sonia Cuenca y Mercedes Fernández
Entrevista a Mercedes Fernández en la Cadena Ser